sábado, 25 de septiembre de 2010

Práctica 2

 Ya se ha puesto todo en marcha para que el próximo 29 de Septiembre se realice la huelga promovida por CCOO y UGT. Los motivos no son otros que las medidas adoptadas por el Gobierno en la reforma del mercado laboral. Los sindicatos critican principalmente que dicha reforma perjudicará tanto a trabajadores como a pensionistas, provocará una reducción en la inversión pública, que frenará tanto el crecimiento económico como la  creación de empleo -cuyos principales perjudicados serán los parados- y además, dañará los derechos  de los ciudadanos en sus puestos de trabajo. Tanto UGT como CCOO, defienden el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones y el  sistema público de seguridad social y se muestran contrarios a cualquier tipo de recorte en servicios y prestaciones sociales.

Por lo ocurrido en los últimos acontecimientos, queda claro que la mayoría de la población está en contra de dicha reforma, pero también queda claro que la cosa cambia mucho si escuchamos a un bando u otro. Mientras los sindicatos no ven ni un ápice de progreso en la reforma, el Gobierno afirma que el déficit público descenderá, se dinamizará el mercado de trabajo y se incentivará la contratación de jóvenes entre otras. Lo que bien es cierto, es que el Gobierno Español perdió la credibilidad hace mucho tiempo y que las medidas no parecen muy fructíferas, por lo que la huelga general ha de hacerse aunque sólo sea para demostrar que el trabajador no es un títere en manos de los políticos, y que sabe imponerse y luchar por sus derechos.

Sindicatos y políticos no se ponen de acuerdo pero, ¿y los empresarios?¿Qué piensan ellos sobre la nueva reforma? Si hacemos caso a UGT, la reforma afectaría principalmente a los trabajadores, y por otro lado, si observamos lo que el Gobierno nos dice, la reforma no sólo no perjudica a los empresarios sino que les beneficia puesto que el Ministro de Trabajo José Corbacho afirma que los principales objetivos de dicha reforma son “mejorar la productividad, dar mayor estabilidad en el empleo y dotar de mayor flexibilidad interna a las empresas”, en principio, y según lo que nos dice el Ministerio, los empresarios pueden dormir tranquilos.

Y he aquí la pregunta del millón ¿En qué modo nos puede afectar esta reforma a los jóvenes? La respuesta resulta un tanto complicada puesto que hay diversas opiniones y múltiples predicciones sobre lo que ocurrirá, por lo que habrá que esperar para comprobar si como el gobierno dice, el déficit público descenderá y se dinamizará el mercado de trabajo, o como afirma UGT esta reforma no hará sino emporar la situación y además a costa del trabajador. En cualquier caso, si hay algo en lo que el gobierno sí dice la verdad es en que   “habrá que hacer un importante esfuerzo de austeridad y contención”, pero por desgracia, eso es algo que millones de parados llevan haciendo durante mucho tiempo.

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